domingo, 25 de marzo de 2012

Alguna vez
quisieron cambiar el nombre del balneario
llamarlo Océano
al final no lo cambiaron
sigue igual que el apellido de su fundador.
Al mediodía el calor se pone bravo
la sombra de los tamariscos
es un buen refugio
si se tuviera la paciencia
para atravesar un día ventoso.
Mejor vamos al bar
y perfeccionamos el pool.
Por la noche
se llenará de adolescentes
abunda la chica tetona
los chicos van como perdidos.
Ahora el ruido hueco
de la bola que entra
retumba en el bar
exageradamente amplio
y quedamos empatadas
sin querer perder ni ganar.
Los ojos clavados
la pollera transpirada
tengo sed y mis reflejos
empiezan a fallar.
De golpe
no queremos ser productivas
no pretendemos nada.
Si el pozo queda vacante
es que nadie ganó la lotería.

1 comentario:

Belén dijo...

me gustan tanto tus poemas, dani. ojalá algún día las edites así las puedo leer antes de irme a dormir.